La ergonomía aplicada a la clase de gimnasia

Por la Prof. Diana Bustamante

La ergonomía es la ciencia que estudia tanto al hombre en el medio en el que se desenvuelve diariamente como al medio al cual debe adaptarse. Analiza la estrecha relación entre el ser humano y su lugar de trabajo. Para ello se aplican conceptos básicos de diversas áreas en el diseño del trabajo:

•  Anatomía.
•  Fisiología.
•  Psicología.

La ergonomía se aplica en actividades destinadas a ajustar las personas al trabajo, tales como:

•  Guía vocacional.
•  Selección de personal.
•  Entrenamiento.
•  Seguimiento en la adaptación de los individuos al trabajo.
•  Rehabilitación.

En actividades laborales donde es importante la condición física, el entrenamiento pasa a ser fundamental, ya sea para mejorar la aptitud individual, para mejorar la resistencia o para ahorrar energía a través de la repetición del gesto. El trabajo físico, fundamentalmente el pesado, es un problema inmediato y urgente que debe ser estudiado en cada país. La ergonomía contribuye a la búsqueda de tecnologías apropiadas que adapten la máquina al hombre y viceversa. Se relaciona íntimamente con la medicina del trabajo y la seguridad industrial.

Toda empresa debería estar equipada con un equipo multidisciplinario dedicado a la ergonomía. Los objetivos de la ergonomía en las empresas pueden ser:

•  Crear condiciones de trabajo seguras.
•  Promover la salud previniendo enfermedades ocupacionales.
•  Prevenir los problemas de incomodidad y fatiga.
•  Establecer condiciones de trabajo psicológicamente aceptables.

Todos estos objetivos se relacionan con la educación física . Una forma de promover la salud es ayudar a la persona a elegir un complemento adecuado a su labor. La gimnasia, si es adecuada, es el complemento ideal, ya que puede prevenir los problemas relacionados con la incomodidad y la fatiga. La mayoría de las personas que concurren al gimnasio buscan mantenerse en forma, liberar las tensiones diarias y distraerse con una actividad placentera. Algunas lo hacen por prescripción médica. Casi todas esas personas pasan gran parte del día sentadas, de pie o realizando alguna actividad repetitiva. Para mantener esa posición 8 o 10 horas por día deben recurrir a los músculos antigravitatorios. Estos son músculos que trabajan de forma inconsciente y de una gran resistencia. Pero con el correr del tiempo y, al no darles el debido descanso y entrenamiento, se van poniendo rígidos, contracturados y disminuyen su capacidad de respuesta y de adaptación al medio.

Teniendo en cuenta estos parámetros debemos considerar varias cosas antes de diseñar un programa de actividad física:

•  Aptitud física individual.
•  Actividades desarrolladas durante el día (lo que determinará posibles vicios posturales o zonas de fatiga).
•  Grupos musculares que intervienen en esas actividades, (para entrenarlos y así mejorar la aptitud individual).

Con respecto al tipo de ejercicios utilizados se prefieren los movimientos globales e integradores . La ciencia moderna ha dejado de lado el estudio de las funciones aisladas para integrar las partes a todo el sistema. Si bien los músculos pueden trabajarse por separado, lo ideal es moverse en un contexto activo global, donde el músculo participe en actividades conjuntas respetando su fisiología. El cuerpo es un sistema y funciona como tal. Los movimientos aislados no existen en la vida diaria tampoco en los deportes. Los movimientos simples se combinan para lograr un gesto motor. El gesto motor tiene una finalidad y se lo puede estudiar desde sus dos componentes:

•  Punto motor: movimiento que realiza una parte del cuerpo y lleva a cabo la actividad deseada.
•  Automatismo de fondo: actividad postural que realiza el resto del sistema mientras se lleva a cabo la actividad deseada. Permite mantener el equilibrio corporal y una óptima realización del punto motor.

l entrenamiento de la musculatura antigravitacional mejorará la postura y la condición individual. Los ejercicios de flexibilidad mejorarán las amplitudes de movimiento. La pérdida de longitud de un músculo se traduce en una desorganización de los huesos en los cuales se inserta. Esto altera la alineación músculoesquelética, varía los ángulos de tracción de los músculos y acelera la fatiga, provocando dolor y stress físico.

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